Ayer, 30 de enero, el conocido inversor de Silicon Valley Jason Calacanis criticó a XRP, la cuarta criptodivisa, calificándola de “desastre”.
Calacanis, que ha hecho su fortuna con acciones del gigante Uber, de Robinhood y de otras conocidas empresas, dice que el polémico token “tiende claramente a irse a cero”, a menos, claro, que ocurra un milagro.
Things are out of control.
Imagine a shady company gets walloped with an SEC lawsuit, which carries with it risk of ruin, and their crypto coin goes UP 60%?!?!?
What are you people thinking!??!
XRP is a disaster is clearly going to zero… pending some miracle. https://t.co/Lf2w7GXr5B
— [email protected] (@Jason) January 31, 2021
El precio de XRP se disparó más del 80% el 30 de enero, alcanzando un máximo de 0,517 dólares en la bolsa de Binance. Este es el precio más alto que el token ha visto desde que la Comisión de Valores de Estados Unidos demandó a su emisor, Ripple Labs, a finales de diciembre.
Se cree que el movimiento masivo ha sido provocado por un grupo en Telegram con unos 125.000 miembros.
Además, el director técnico de Ripple, David Schwartz, compara el token con una moneda WallStreetBets (WSB):
Right now, XRP chart looks just like WSB chart. Coincidence? pic.twitter.com/uWtw2zUhIS
— David Schwartz (@JoelKatz) January 31, 2021
“Ahora mismo, el gráfico del XRP se parece al gráfico del WSB. ¿Una coincidencia?”
La comunidad de XRP ha pasado los últimos días tratando de capitalizar el nuevo movimiento contra Wall Street incluyendo su token en la saga de GameStop.
Ahora, como señala Calacanis, la situación se está descontrolando porque la gente está dispuesta a invertir dinero en un token que la SEC considera un valor no registrado:
“Imagina que una empresa dudosa se ve afectada por una demanda de la SEC que conlleva riesgo de quiebra, y su criptodivisa sube de precio un 60%??!?!? ¿En qué estáis pensando?”
La locura especulativa en torno a algunas acciones y criptomonedas la semana pasada fue impresionante.
Por ejemplo, la criptomoneda meme Dogecoin (DOGE) se disparó más de un 1.000% el 29 de enero antes de desplomarse casi al instante, mientras que las acciones de GameStop.